Un poco de historia

Pamela nació siendo un cuentito, una minificción o un textículo, al decir de Cortázar y posteriormente devino en un guión dibujado por el inefable Gerardo Pérez para un concurso de historietas en el que ganamos una mención. Tanto Ger como yo le tomamos cariño al personaje y empezamos a considerar la posibilidad de hacer nuevas historias.

Sombras cochinescas, por su parte, fue un proyecto de historietas erótico-pornográficas para presentar en revistas afines. La verdad que nunca pensé que escribir guiones de ese estilo iría a resultar tan divertido y a la vez complicado. Por suerte, Gabriel Antille es lo bastante degenerado para plasmar en el papel cada una de mis delirios.

A esas dos historias se le sumaron Una vida perfectamente normal y La veterana.

La primera de ellas fue publicada como cuento en mi blog y luego dibujada por Elbio Yadanza. La veterana ya fue algo pensado directamente para la revista y Leo Sandler se inspiró en su versión de las cuarentonas.

La cosa fue así, hacía tiempo que quería volver a arriesgarme con la autoedición de revistas de historietas y no sabía bien con qué. De golpe y porrazo comprobé que tenía varias historias, estas cuatro que acabo de nombrar, en las que el tema central era la mujer. No costó mucho ponernos de acuerdo y sumamos a Pablo Colaso que dibujó la tapa y se hizo cargo de la diagramación. Con la revista armada, nos contactamos con Diego Cortés, de la editorial Llanto de Mudo y en junio de 2008 salía el primer número de Pamela.

Como no podía ser de otra manera, los problemas empezaron después, no voy a contar los vericuetos que tuvimos con el tema de la distribución, a modo anecdótico sepan que en mi casa tengo una buena cantidad de revistitas guardadas. Igualmente, no claudicamos y optamos por armar un blog a fin de darnos a conocer. La idea era subir las primeras dos páginas de cada historieta para que posibles lectores se enganchasen y quisieran seguir leyendo en la versión impresa. Pero nos entusiasmamos con los comentarios que dejaba la gente (Haifa, Mariela Torres) y terminamos subiendo la revista íntegra, incluido el prólogo de Diego Cortés.

De esta manera, ustedes tienen a su disposición el número uno de Pamela, completo. Ahora empieza lo bueno con esta especie de segunda etapa, para lo cual convocamos nuevos artistas como ser Paula y Cam (ambas señoritas muy prolijas, con lo que eso de “auténticos machos” quedó arcaico) y en breve contaremos con los aportes de otra gente, espero que ustedes se entusiasmen tanto como nosotros. Los esperamos.

Walter Koza